Cerramiento de terrazas y porches. Puertas y ventanas abatibles y correderas. Aluminio o PVC

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En este artículo vamos a tratar de reflejar los distintos tipos de ventanas y puertas relacionadas con el ámbito de la carpintería metálica utilizados más habitualmente para el cerramiento de terrazas y porches.

Antes de continuar con las diferencias que pueden existir entre las distintas carpinterías en función de los materiales o sistemas de apertura, es necesario adelantar que cualquiera de los sistemas y materiales empleados para la redacción de este artículo se pueden encontrar en las numerosísimas empresas instaladoras y fábricas de ventanas de que disponemos en cualquier lugar de la geografía española. Nosotros nos hemos ayudado de la siguiente página web especializada en cerramientos de porches y  terrazas en la que se muestran los diferentes materiales usados en acristalamientos de terrazas y porches. por disponer de un catálogo de imágenes que nos facilita la explicación.

Ventana Corredera:

Ofrece una serie de posibilidades que, en ocasiones, pueden convertirla en una opción muy atractiva frente a la ventana abatible tradicional. Permitir hacer un hueco practicable casi en su totalidad y evitar la necesidad de espacios adicionales para el giro son, quizá, las dos más destacadas.

Ventana corredera imitación madera

Cuando se trata de crear un cerramiento de vidrio en espacios no climatizados tales como terrazas, balcones o porches acristalados, es cuando los sistemas de puertas o ventanas correderos resultan especialmente eficaces y recomendables. Por el contrario, en el caso de que la ventana sea exterior y el espacio interior esté climatizado es conveniente adoptar una serie de precauciones.

Es importante saber que la ventana corredera siempre aísla peor térmica y acústicamente que cualquier abatible. La explicación está en que la ventana deslizante necesita holguras para desplazarse, por lo que no puede garantizar la estanquidad al paso del aire. En el mercado existen sistemas de carpintería corredera que sí alcanzan los valores exigidos de bienestar térmico y acústico, pero en ese caso los precios son siempre bastante más elevados que los de cualquier ventana abatible equivalente.

Por su parte, la instalación de contraventanas correderas es una buena solución en el caso de que tengamos una ventana existente poco aislante. Si se trata de una obra nueva, en cambio, es preferible comprar una sola ventana con una buena carpintería y doble acristalamiento con cámara de aire. Los valores de aislamiento pueden ser excelentes gracias a los nuevos sistemas y el coste económico será siempre menor que si instalamos ventana y contraventana.

Cortinas de Cristal

Un tipo muy particular de ventana corredera que se ha puesto muy de moda en los últimos tiempos son las cortinas de cristal  están especialmente indicados para el cerramiento de terrazas o porches donde lo que prima es la visibilidad y la posibilidad de efectuar una apertura completa del espacio cerrado. Es necesario tener en cuenta que este sistema no aisla tan bien como el resto y por tanto es recomendable instalarlo cuando la entrada al resto de estancias de la vivienda ya dispone de puertas y ventanas.

Cortinas de cristal en terraza de madera

Clasificación por el tipo de carpintería (material utilizado)

En cuanto a los materiales siempre será el preferible el PVC, pues el aislamiento es el punto crítico. En caso de emplear aluminio se hace casi obligatorio que tenga rotura de puente térmico.

La ventana corredera tradicional suele presentarse en tres modalidades: una básica, más económica, con el clásico sistema de junta de cepillo y otras dos, siempre en PVC, con carpinterías de 3 y 4 cámaras de aire y juntas especiales más estancas. Ambas son mucho más aislantes, pero también más costosas económicamente que las ventanas de aluminio.

Alternativas que garantizan la estanqueidad

Ventana deslizante vertical, o de guillotina:

Sin llegar a alcanzar los niveles de aislamiento de la ventana abatible presenta mejores valores que la de tipo horizontal, por lo que puede ser una opción a considerar cuando no tengamos espacio disponible para el abatimiento.

Puerta/ventana oscilo-paralela:

Este tipo de puerta o ventana ofrece dos posibilidades de movimiento: oscilante, solo para ventilar, y deslizante. La diferencia respecto a las tradicionales correderas horizontales es que, aunque las guías de desplazamiento están por delante de la parte fija, al volver a su posición cerrada, hoja y parte fija están en el mismo plano, por lo que se puede garantizar un sistema de cierre de doble junta.

Puerta/ventana corredera-elevadora:

En este caso el mecanismo de apertura consta de 3 movimientos: elevar, deslizar y bajar. El sistema permite integrar juntas de goma, bastante más estancas, por lo que el nivel de aislamiento es mucho mayor. A diferencia de la anterior, siguen existiendo dos planos distintos.

Integración en fachadas y planos de vidrio

En espacios no climatizados o como elementos de división interior lo más habitual es emplear el sistema corredero en horizontal, por su facilidad de maniobra y posibilidad de abrir casi por completo el hueco. Otras opciones como el sistema plegable, de tipo acordeón, permiten incluso una apertura total.

Pero cuando se trata de planos de fachada es más frecuente combinar estas puertas practicables deslizantes con otros elementos fijos, abatibles, con montante superior, etc.

El sistema más habitual en estos casos es el de puerta corredera-elevadora. Su fácil maniobrabilidad nos permite desplazar cómodamente incluso vidrios de dimensión considerable. La integración de la guía inferior en la solera nos permite tener un plano de suelo continuo, sin riesgo de tropezones. A su vez el empotramiento en fachada, real o simulado, permite ocultar la puerta deslizante y dar la sensación visual de que el hueco queda abierto en su totalidad.

Como último apunte, merece la pena conocer que existen sistemas que permiten el deslizamiento de puertas de forma motorizada y otros que prescinden de la guía inferior, solución muy útil para dar total continuidad a espacios interiores, pero no aplicable en cerramientos exteriores de fachada.